sábado, 19 de enero de 2008

Me vacio

¡Me vacío! Vierto mis pensamientos por el embudo de mis manos y los veo amoldarse al recipiente de la pantalla. Los veo como fluyen mientras se acomodan. Se sienten extraños en este elemento nuevo. No entienden cómo habiendo estado a sus anchas en una mente de espacio infinito, puedan estar ahora cercados y recluidos en el sentido de una palabra, de una inexacta, tosca y fea palabra. Incrédulos, me miran con ojos suplicantes. Quizás, si los trajera de vuelta de su viaje, no sufririan tanto. Pero de nuevo, mi mente la ocupan nuevos pensamientos, dejando a estos atrás, y a la vez los nuevos van pasando por el embudo de mis dedos hasta la pantalla, aunque estos han sido impregnados de antiguos pensamientos, que los acompañan y están ahora también, en la pantalla, observando, y esperándo que alguien los encuentre, los lea, y libere su verdadero sentido, ahora impuro dentro de las palabras.

Homo computare

Esta red tejida de pixels, imagenes, u-erre-eles, enlaces y videos, tejida por una araña maestra y en la que todos los que leen esto están atrapados, de palabras sin rostros y rostros sin palabra. De voces estereofónicas que surgen de altavoces inertes. Hemos hecho un viaje a un muy lejano pasado, y de nuevo vivimos en un pequeño habitáculo oscuro, a la luz del último gran invento del hombre.

¿De dónde nacen las historias?

Creo que todas las historias nacen mucho antes de ser escritas. Las vamos pensando durante semanas, meses, las vamos incubando y las vamos rodeando de capas y capas de pensamientos, hasta que un día, por fin, eclosionan en forma de poesía, teatro o relato, y poco a poco van creciendo y se moldea su figura hasta que se crea un ser del que su madre se siente orgullosa.

Sin embargo

Son todo palabras usadas,
gastadas, repetidas,
palabras prestadas.

Todo está dicho,
y sin embargo
yo lo tengo todo por decir.

Hola a todos

Hola a todos.

Espero que con el tiempo tenga algo que compartir.

Hasta entonces...